Historia del la representación navideña
La primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo fue en la Nochebuena de 1223, realizado por San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, como hacemos actualmente, ni con personas; San Francisco utilizó animales.
A partir del siglo XIV, el montaje de los belenes por Navidad se consolidó como tradición en la península itálica y fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular.
En el siglo XVIII en América, tras la disolución por decreto papal de la orden de los jesuitas, los franciscanos ocuparon su lugar y usaron los belenes como método de evangelización. Incluyeron animales y plantas americanas, que en Palestina no se conocían en tiempos de Jesús, que recuerdan el carácter rural de la escena. Esta peculiaridad se debe también a que en la parte latinoamericana situada en el Hemisferio Sur del planeta, en Navidad no se celebra el solsticio de invierno, sino el del verano, por lo que el clima y los productos agrícolas sudamericanos son muy diferentes a los europeos y palestinos.
Representación del Belén
El belén representa por lo general a la sagrada familia en un pesebre o, según otras tradiciones, en un establo, granero o cueva, donde, según el Evangelio de Lucas nació el niño.
La tradición los acompaña de una mula y un buey, según el relato de los Evangelios apócrifos y del texto del libro del profeta Isaías y del Habacuc.
Puede incluir además representaciones de los pastores reunidos para adorar al recién nacido, de los tres Reyes Magos con sus ofrendas, de ángeles y de la estrella de Belén.
Pero además de estas escenas, se acostumbran a incluir otras, relacionadas con toda la historia del nacimiento de Jesús, como son la Anunciación del Ángel a la Virgen María, la Visitación de María (embarazada) a su prima Santa Isabel (embarazada a su vez de Juan Bautista), la infructuosa Búsqueda de Posada de José y María en Belén, la Matanza de los Inocentes por Herodes y la Huida a Egipto de la Sagrada Familia, e incluso otras menos relevantes como el Sueño de José, la visita de los Reyes Magos a Herodes, los esponsales de José y María, la Presentación de Jesús en el Templo y el Taller de Nazaret de José, carpintero.
Generalmente el Nacimiento se monta antes de Navidad, tradicionalmente el 8 de diciembre, coincidiendo con la fiesta de la Inmaculada Concepción, y se conserva hasta el 2 de febrero, fecha de la presentación de Jesús en el Templo y fiesta católica de la Candelaria.
En algunos lugares es costumbre que a partir de la fiesta de la Epifanía, el 6 de enero, se añadan las figuras de los Reyes Magos en adoración, que mientras tanto han sido desplazados por el paisaje del Belén.
Belén Grande
Belén Pequeño